Los peores jefes que te puedes encontrar y cómo minimizar sus efectos
Un jefe no sólo es aquel que supervisa y da órdenes, debe ser un líder que motive a su equipo y le ayude a conseguir sus objetivos. Así, mientras un buen jefe puede ser capaz de hacer que las personas den lo mejor de sí mismas, un mal jefe no sólo atemoriza a sus subordinados, sino que creará un clima tan enrarecido que hará imposible tu trabajo.
Hace unos meses publicamos un post donde hablábamos de cinco compañeros tóxicos que podías encontrar en el trabajo. Hoy recogemos algunos de los peores jefes que pueden cruzarse en tu camino y hacer de tu vida profesional (incluso de la personal), un infierno.
En un artículo publicado en Business Insider se le preguntó a Nicole Wiliams, experta en rrhh y empleada de LinkedIn, sobre los peores tipos de jefes, y dio una lista de 7 tipos diferentes. Pero antes de enumerarlos vamos a explicar las dos reglas fundamentales, que según Nicole, debes seguir si te ha tocado “en suerte” trabajar bajo la dirección de alguno de ellos:
- Si te tratan mal, eres tú el que debes dar el primer paso para que cambie la situación, ya que él no va a cambiar.
- Ante todo, lo importante es ir un paso por delante de tu jefe, y anticipar los posibles problemas, así como atajar las dificultades a tiempo.
LOS PEORES JEFES Y CÓMO MINIMIZAR SUS EFECTOS
Éste es el listado de los peores jefes que proporciona la autora de Girl on Top: Your Guide to Turn Dating Rules into Career Success (Center Street). También te explica que puedes hacer para minimizar sus efectos.
EL INDECISO
Es aquel, que producto de inseguridades o de no saber con certeza lo que quiere, no toma decisiones claras, confundiendo a su equipo de trabajo y lo que es peor, haciéndolos trabajar más de la cuenta. Suele dudar de todo, y cambiar de idea sobre la marcha, muchas veces a última hora, volviendo locos a sus subordinados.
Se distingue por no tener mucha experiencia como jefe o no saber delegar, por lo que esquivará los momentos clave de su trabajo hasta que sea demasiado tarde tanto para él como para sus empleados.
Cómo minimizarlo: empújale a tomar una decisión, ofrécele diferentes opciones a sus indecisiones, que vea que estás con él y te preocupa el callejón sin salida en el que os encontráis, una y otra vez. Lo que no quieren, bajo ninguna circunstancia, es demostrar que no tienen la situación controlada, y por eso esperan hasta el último momento. Pero si les das a elegir entre varias posibilidades, pensará que siguen teniendo el control. Puede que no tenga aptitudes para liderar y que no sea capaz de tomar decisiones como lo debe hacer un buen jefe, pero aun así, es tu jefe.
EL INNOVADOR EN SERIE
Este jefe va saltando siempre de una idea a otra, lo que hace difícil centrarse en un proyecto. La gran mayoría de ellas le parecen geniales e intentará ponerlas en práctica, pero claro, lo peor es que eres tú el encargado de realizarlas: cuando estés a medio camino, ya habrá otra nueva idea que dejará esta última aplazada y por lo tanto habrá sido un fracaso de propuesta.
«Ellos siempre tienen una idea nueva y esperan lo mismo del resto del equipo», explica Williams. «Incluso mientras estás trabajando en un proyecto, ya está pensando en la siguiente.» Esto supone una dificultad asociada ya que impide que sus empleados se concentren en lo que están haciendo. Y es que más que un innovador es un iluminado, que conseguirá absorber la energía de sus empleados: cuando suena el teléfono y ves su extensión, comienzas a sudar inevitablemente.
Cómo minimizarlo: sólo hay una manera de combatirlo: si él es un innovador, tú más. Mantente al tanto de lo que está ocurriendo en tu sector investiga que están haciendo empresas similares y propón ideas. Ten controladas todas las fuentes donde se inspira antes incluso de que lo haya hecho él. «Este tipo de jefes siembre tiene una idea nueva y esperan lo mismo del resto del equipo. Si tu jefe entra y te pregunta si has visto el último artículo publicado en The Wall Street Journal, tienes que conocerlo», dice Williams. Con este tipo de jefes debes estar preparado para lo inesperado y la incertidumbre: necesitarás muchísimas dosis de paciencia.
EL CONTROLADOR
Es el jefe que trata a su equipo como “menores de edad”, diciéndoles en todo momento, y frente a cualquier situación, cómo hacer las cosas. Incluso, frente a situaciones tan cotidianas como la forma de escribir un e-mail, o cómo hablar por teléfono. Suelen interrumpir el trabajo de sus subalternos a cada momento para dar sus directrices, y no saben priorizar las tareas, muchas veces posterga lo verdaderamente importante por detalles que no tienen relevancia. Quiere tenerlo todo bajo control, y constantemente bombardea con mensajes de correo electrónico y recordatorios. No importa las veces que te hayas comprometido a realizar el seguimiento de un proyecto, él seguirá actuando de esta manera.
Cómo combatirlo: la mejor manera de lidiar con un jefe controlador es reforzar la comunicación hasta ganarte su confianza, respondiendo a todas sus demandas. Hazle saber que todo va bien, responde con precisión cada uno de sus miedos: a él un “ok” tras cada interrogante le sirve. Comparte con él tantas veces como veas necesario al día tus dudas pormenorizadas (aunque no las tengas); puede que así, después de mucha reiteración inoperativa, entienda que estás copiando su ejemplo y deduzca que evidentemente, no es eficaz.
EL QUE TIENE FAVORITOS
El que premia siempre a los mismos con los beneficios o los mejores proyectos, aunque no sean necesariamente los mejores ni los más veteranos. Es el típico jefe que tiene un grupo de trabajadores considerados “los favoritos”. Esto significa que nunca se les reconoce el trabajo de quienes no estén dentro de este privilegiado grupo, generándose rivalidades dentro del ambiente laboral. Esta es, claramente, una de las formas más fáciles de quemar a un empleado.
Cómo combatirlo: si tú no eres de los favoritos, Williams recomienda jugar la baza de los celos. Es decir, si en tu departamento no te aprecian, haz que sí lo hagan en otros departamentos de la organización. Es posible que entonces sí repare en ti. Aunque el favoritismo puede ser difícil por ambos lados: si eres tú la “mascota del jefe”, tus compañeros probablemente pensarán que recibes mejores oportunidades por el solo hecho de tu relación con él, y no por tu valía.
El LADRÓN
Este tipo de jefe no sólo roba las ideas de los demás y se atribuye el mérito, sino que también tiende a involucrar a otras personas en el proceso. Lo peor es que no hay manera de que puedas demostrar que la idea es tuya.
Cómo combatirlo: si tu jefe es tan insignificante como para robar tus ideas y mostrárselas a los superiores como propias, lo mejor es que te mantengas a distancia de él. Deja de compartir tus ideas en privado, defiéndelas sólo en situaciones en las que puedas responder por ellas, y búscate la vida por ti mismo. Williams recomienda publicar fotos y actualizaciones en redes sociales como Linkedin, para que otros usuarios puedan ver tu autoría o implicación en un proyecto.
EL CHARLATÁN
Sólo palabras y ninguna acción. Es un iluminado que disfruta pasando horas hablando de proyectos, prometiendo cosas a sus empleados y que, a la hora de la verdad, esas grandes ideas nunca se llevan a la práctica. Bueno, “quizás mañana”.
Cómo combatirlo: debido a que nunca será buen día para ponerse en marcha, debemos dar nosotros el primer paso, porque si no, nadie lo dará. Tu jefe y compañeros de equipo llegarán a reconocer el esfuerzo.
EL BLOQUE DE HIELO
A estos jefes les gusta mantener una división entre su vida personal y profesional, lo que hace difícil que establezca un buena conexión con sus empleados. «Este jefe parece ser muy frío, distante y difícil de conocer», dice Williams. Algo que tampoco es lo ideal en el entorno laboral.
Cómo combatirlo: en estos casos, tienes que ser tú quien dé el primer paso. Averigua qué le interesa, cosas de su vida personal (donde ha ido a la escuela, donde ha trabajado…) o aquello que tenéis en común. “Lo más probable es que no traten de iniciar una conversación, pero si le preguntas por cosas que le interesen o haces preguntas inteligentes, son más propensos a responder” dice Williams. Estos son los peores jefes con los que te puedes encontrar, según explica Nicole Williams en la entrevista. Y si buscas en cuál de estos tipos encaja tu jefe, es probable que llegues a la conclusión de que el tuyo en particular, podría encajar en dos, tres o incluso cuatro de los tipos que define Williams en el artículo. Y es que un jefe puede ser a la vez un “controlador” y un “ladrón”, o un “mega innovador” y “discriminador” de forma no excluyente. Y como es probable que con nuestro jefe pasemos más tiempo que con nuestros propios familiares o amigos, si por desgracia topamos con uno de estos, su influencia puede ser nefasta. Fuente: Business Insider